Princesa Encantadora (Novela) Capitulo 14.5

C14.5 - Papá Claude

Por la noche, el Palacio Gagnet era mucho más tranquilo que durante el día.

Claude contemplaba la oscuridad, que comenzaba a rodear su zona, y después movió su mirada hacia el objeto en su mano que había estado escondiendo por un tiempo.

Era un chocolate medio fundido. El dulce se aplastó fácilmente cuando empujó ligeramente la envoltura alrededor del chocolate. Era de esa niña, quien entró a su habitación por la tarde y dejó caer esto en su frente cuando estaba dormido.

Una imagen repentina apareció en la cabeza de Claude, una chica como el pequeño chocolate medio fundido, que por excepción, estaba viva.

Pensó.

¿No es inexcusable [1] como Diana?

Parecía fácil decir lo que estaba pasando en esa pequeña cabeza, pero también al mismo tiempo, nunca se sabe.

Al ver sus ojos mostrando pánico y miedo era fácil de decir que le temía, pero las acciones que hacía era completamente todo lo contrario. En realidad era una niña impredecible.

Y esa parte era muy parecida a Diana. A Claude le resultaba impredecible que, aunque era consciente que le tenía miedo, sabía que ella ni siquiera pensaría en huir.

—Es cierto que la Srta. Diana fue alguien que no se puede olvidar fácilmente.

Félix, que estaba detrás de Claude en la oscuridad, añadió. Sin embargo, Claude permaneció en silencio ante eso.

—Seguramente la olvidaré si tuviera un año.

Félix sabía que lo que decía era medio sincero. La persona de corazón frío, a quien sirve, definitivamente podría olvidar a Diana. Incluso olvidó que tenía un hijo.

Sin embargo, un año era demasiado tiempo. Claude todavía recordaba a Diana desde hace cinco años.

— ¿Disfrutó el tiempo con la Princesa Athanasia?

Félix no dijo las cosas que pensó en su cabeza y, en cambio, cambió de tema. Pero la sonrisa que había florecido en el rostro de Félix era real.

— ¿No es una princesa muy encantadora?

No fue solo él quien sintió que el palacio se había vuelto más brillante y más vivo con la pequeña niña alegre. A pesar de que el corazón de su maestro Claude estaba cerrado a esa pequeña hija princesa.

—“Encantadora”, huh.

Como era de esperar, Claude no podía aceptarlo.

Podía ser un poco de entretenimiento para su vida pero, ¿encantadora?

—Hace mucho tiempo que no sé cómo sentir esa emoción.

Estaba seguro de que lo había sentido hacía mucho tiempo pero eso era solo su pasado. Un recuerdo que había sido cubierto con gruesas capas de polvo que ni siquiera podía reconocer a su propio hermano.

La mirada de Félix por un momento se dirigió al retrato roto en la esquina y justo en ese momento, Claude se puso de pie.

—Sal de mi habitación ahora. Estoy cansado.

Félix se limitó a bajar la cabeza.

—La bendición y gloria de Obelia.

Aunque digas eso, estoy bastante seguro de que está en alguna parte dentro de ti. Un día también te darás cuenta. Sería genial si ese día llega pronto…

—Descanse bien…

La oscuridad estaba llena de males que vivían en ella. Esperemos que llegue el día en que ilumine todo.

Sin embargo, la noche que aún no ha acabado, solo estaba comenzando.

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NOTA: COMPARTAN LA NOVELA MIS AMIG@S, PARA QUE TODOS PODAMOS LEER.

TOPCUR

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